lunes, 4 de enero de 2010

Día #24 – 21/09/2009: Beijing. Ciudad prohibida, Parque Jingsan, Parque Beihai, Plaza Tiannanmen y Hutongs


Nos levantamos tempranos y desayunamos en el hostal un capuchino y dos plátanos (15+3+3Y) para salir rápidamente a la Ciudad Prohibida. Queremos llegar a la hora que abren las puertas para no encontrar grandes aglomeraciones. Desde el hostal llegamos hasta las taquillas caminando y, aunque acaban de abrir (8:30), ya vemos grupos de turistas. Compramos las entradas (60Y/persona) y cogemos un audio-guía (40Y).

Empezamos el recorrido por la corte exterior. Se trata de tres grandes pabellones edificados sucesivamente sobre una base de mármol blanco de 8 m de alto: el pabellón de la Armonía Suprema, el más representativo de todos, de la Armonía Central y de la Armonía Preservada. Después seguimos por la corte interior, empezando por la parte este. Aquí encontramos las habitaciones y lo que sería hoy en día los “pisos” de los emperadores y sus concubinas. Está integrada por patios aislados y lujosos donde se encontraban las habitaciones, los jardines, los lugares comunes, etc.

Más allá de la teoría, el lugar nos impresionó por su conservación. En muchas habitaciones todavía está el mobiliario que utilizaban los emperadores, las ropas de cama, objetos de jade… además gracias a la audio guía conocimos historias espeluznantes que pasaron dentro de la Ciudad Imperial. Estuvimos unas 5 horas en recorrer todo el lugar, descubriendo rincones, habitaciones, jardines, etc. Justamente a la salida, cruzamos la carretera y entramos en el parque Jingsan. (2Y/persona).

Del parque Jingsan, disfrutamos especialmente de las vistas de la Ciudad Prohibida desde el punto más alto del parque. Paseamos por el lugar, y a la salida paramos a comer en un restaurante. Comemos pollo cortado en trozos con una salsa que nos parece muy bueno, acompañado como no con arroz (45Y). Después de comer paseamos por un hutong y nos perdemos por sus callejuelas estrechas, entre bicis, y personas sentadas al fresco. Después entramos en el parque Beihai (20Y entrada completa). Subimos a la pagoda blanca entramos en un par de templos y caminamos hasta el lago lleno de flores de agua. Cuando salimos son aproximadamente las 16:45 y después de mirar el mapa, decidimos ir andando hasta la plaza Tian’anmen, ya que por la mañana hemos intentado llegar, pero un grupo de militares no nos ha dejado pasar. Estamos algo cansados, pero todavía nos quedan fuerzas!

Al llegar, justo al norte de la plaza observamos la foto de Mao Tse-tung en la puerta de la Paz Celestial, que tantas veces hemos visto por la tele. Entramos por la puerta principal, arrastrados por la marabunta de gente. Quedan pocos días para la fiesta nacional del 6 de octubre y muchos chinos han llegado de todo el país a Beijing para celebrarlo. Una pareja joven nos pide una foto y nos preguntan si nos gusta la ciudad y de dónde somos. Charlamos un rato con ellos y nos ofrecen ir a tomar algo todos juntos. Nosotros todavía queremos visitar la plaza, así que rechazamos amablemente la invitación. El lugar está atestado de todo tipo de policía, militares e incluso un cuerpo especial con metralletas. De camino a la plaza vemos una desfilada de militares. Cuando llegamos a la plaza está toda vallada y para entrar realizan control de las mochilas. La plaza es realmente grande, y es que mide 800m de largo y 420m de ancho, siendo la más grande del mundo. Han colocado dos pantallas gigantes donde muestran imágenes del país y donde todos los chinos quieren hacerse fotos. También observamos en el centro el Monumento a los Héroes del Pueblo, un obelisco de casi 40m de altura con bajorrelieves que relatan hechos patrióticos y revolucionarios.

Se nos va haciendo tarde, por lo que empieza a anochecer. No hemos parado de andar en todo el día, pero aun así decidimos ir a pasear por los hutones que hay al sur de la plaza. Antes de llegar a nuestro proximo destino, ya en una calle sin casi luz, hacemos unos estiramientos con una mujer de edad avanzada, contenta y a su vez sorprendida de tener comañía durante sus ejercicios. Nos despedimos de ella y seguimos andando. Finalmente entramos en un callejón estrecho y ya estamos en un hutong. Las casas son diminutas. Creemos que por eso encontramos tanta gente por la calle: personas en pijama, grupos sentado en la calle tomando el fresco, actividad comercial. Y lo que también nos sorprende es que hay muchos wc’s públicos. En ese momento creemos que es porque muchas de las casas podrían no disponer de uno propio. Es un lugar donde parece que todos se conocen, se respira un ambiente familiar, diferente al de la gran ciudad que les rodea. Hay tiendas de verdura, peluquerías, hoteles, restaurantes, etc, y muchas callejuelas están sin asfaltar.

A las 19:30, cansados, después de andar casi 11 horas, decidimos regresar al hotel cogiendo un taxi. Al llegar aprovechamos para conectarnos a internet y cenar algo (35Y). Para celebrar el cumpleaños de Olga compramos un Snickers (olehhh) y dos breezers para brindar. Una chocolatina lejos de casa en un lugar donde casi no hay chocolate tiene mucho valor!!!

Para ver todas las fotografías de este día sigue este enlace o, este otro para verlas como presentación.

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