domingo, 3 de enero de 2010

Día #11 – 08/09/2009: Litang – Xiangcheng – ??? (234 km)


Por suerte el día se levanta despejado. Intentamos desayunar en el hostal donde cenamos, pero tienen el bar cerrado, así que vamos directamente al monasterio.

El monasterio de Litang fue construido hace más de 400 años cuando el 4rto Dalai Lama visitó la ciudad. En él viven más de 1000 monjes budistas de la secta del sombrero amarillo. Los dos primeros edificios los están rehabilitando por lo que todas las figuras están tapadas. Tenemos más suerte con el tercero, donde en la entrada observamos a varias personas rezando. Es curioso verlos, ya que se tiran al suelo, estiran los brazos y se vuelven a levantar, así repetidamente mientras van rezando los mantras.

Después de subir unas escaleras, que a 4014 metros de altura os puedo asegurar que cuesta bastante, llegamos a otro edificio del templo. En el patio interior tenemos la gran suerte de encontrar a un grupo de monjes jóvenes en la sesión de debate matinal. Éstos debaten en parejas aspectos de las escrituras budistas. El debate consiste en turnos de preguntas que se hacen mutuamente, mientras uno está sentado y otro de pie. Entendemos que el que pregunta debe ser el que está de pie, porque vemos como incluso habla alto y muy rápido a su compañero mientras va dando palmadas con los brazos estirados muy cerca de su cara.

Desde este lugar las vistas son espectaculares. Después de entrar en este último templo, recorremos el camino de regreso lentamente, disfrutando del lugar. Nos cruzamos con un grupo de monjes que están lavando unas verduras, escuchamos cómo, los monjes más pequeños, recitan sus aprendizajes en una de las salas, y también vemos paseando a varios visitantes locales que se han acercado a rezar.

Después de la visita vamos a desayunar al pueblo. Esta vez encontramos el restaurante del hostal abierto. Pan tibetano con queso de Yak y una crepe de chocolate será nuestro sustento hasta bien avanzada la tarde. Emprendemos el camino hasta Xiangcheng, nuestra próxima parada. La carretera es buena, lo cual es de agradecer después del trayecto de ayer. Pasamos por la montaña de los mares, (Haizi Shan) y el paisaje se llena de un bosque de rocas situado al margen de la carretera. Aproximadamente sobre las 13:00 llegamos a Xiangcheng. Primero buscamos alojamiento, pero no nos acaba de convencer ninguno, así que decidimos visitar el templo y seguir 30 Km más hasta Riwa, donde nos han dicho que hay aguas termales.

Desde el templo las vistas del valle son espectaculares. Observamos que están construyendo otro edificio nuevo dentro del complejo del templo. Visitamos todos sus rincones, subimos por escaleras de madera, vemos a monjes rezando y nos hacemos algunas fotos. La visita al templo ha valido mucho la pena. Después de descansar un rato, proseguimos el camino.

Sobre las 17:00 aproximadamente llegamos a Riwa. Nos cuesta encontrar el lugar que nos han recomendado en Xiangcheng para dormir, ya que está muy alejado del pueblo. Finalmente encontramos un pequeño complejo de madera, con un patio central rodeado de habitaciones. No tienen huéspedes, así que la familia que regenta el lugar, se desvive por atendernos. Comemos con ellos en la cocina pasta rellena casera, muy buena, mientras esperamos a que nos cocinen la cena. La mala suerte es que no hay electricidad, aunque decidimos quedarnos igualmente porque estamos muy alejados de cualquier otro lugar. Parece ser que están haciendo unas obras en el pueblo y hace unos días que no tienen luz, así que nos traen unas velitas para que cenemos en la terraza. También hay una piscina de agua caliente, y, aunque al agua no se le puede decir limpia, nos bañaremos al día siguiente por la mañana para entrar en calor. Nos traen brócoli, pimiento con ternera y arroz blanco. Después de cenar, nos sentamos en el centro del patio para observar el cielo repleto de estrellas y la Vía Láctea. La suerte nos acompaña y vemos una estrella fugaz que recorre todo el cielo, sin ganas de apagarse nunca. Estamos emocionados y seguimos mirando al cielo hasta que sale la luna detrás de las montañas. El lugar es mágico y misterioso. Notamos la adrenalina cada vez que tenemos que ir al baño o zanja baldosada, linterna en mano, caminando por el lugar silencioso, casi en ruinas, escuchando solamente el fuerte murmullo del río que pasa por al lado.

Para ver todas las fotografías de este día sigue este enlace o, este otro para verlas como presentación.

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